20 dic 2009

Yo no sé llorar


Yo no lloro porque no tengo la pericia requerida.
Dice mi abuelo que se debe medir el viento
tener un informe detallado del Senhami
cargarse con todos los muertos de la conquista española sobre el hombro derecho
e imaginarse a Vallejo cambiando dólares entre dos jirones.

Yo no lloro porque ya todos los días llueve.
Mi madre sí sabía llorar en los momentos que requiere la Constitución
lo hacía cuando sus 40 hijos se casaban con mujeres que lloraban ilegalmente
y mi padre, su esposo que nunca lloró, asumía que ya era hora de vivir bajo la cama
porque Kafka le había dicho que los hombres de tanto trabajar
se convierten en seres humanos.

Yo no lloro porque no tengo talento para ello.
Hay que inclinar el cuerpo hacia un ángulo específico
hay que tener la piel bien afilada
y tiempo guardado, por si acaso, en la billetera.
Las palmas deben hacer las veces de fuerza centrífuga para contrarrestar
las inclemencias gravitacionales.

Yo no sé llorar, pero no importa.
Río primero, hago las veces de madre
imagino a Vallejo esperando una carta de su burro peruano del Perú
me dejo caer en la vereda por el peso de mis dos hombros
y tiro deshojado en las avenidas verdes la Constitución Nacional de los Sueños Quebrados.
El resto lo hacen mis propios ojos.

Al final no lloro, ¿para qué?, si ya está lloviendo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

waaaaoooo!! ta que cada vez que te leo no se que me provoca tio! tienes un don para hacer bailar al lapicero que muchos lo quisieran tener! .... mmmmm y en medio de tanto sueño erótico y tanta Hipérbole ¿por qué para otros es facil llorar??? en fin! generoso escrito para los que están a falta de escritos que te hagan sentir en otro mundo! ... un gusto leerte! saludos