29 sept 2011

Un lunes cualquiera

No siempre hallas la fotografía de un animal salvaje en el pasaporte en vez de tu imagen, pero cuando sucede buscas un espejo pero no lo encuentras y te limitas a llenar con agua un recipiente y como Narciso te miras sobre las ondas acuáticas e intentas hundirte para ahogarte, pero solo pescas un resfriado y al final no sabes si llamar a un médico normal para personas con fotografías normales o ir al consultorio de un especialista que estudió exactamente para esos casos especiales de la medicina clásica. Te derivan a un hospital. No hay cama disponible. Los camilleros te toman fotos y entre ellos una enfermera te mira con cierta insinuación inesperada, con la misma cabeza de animal salvaje que aprendió a sobrellevar desde la mañana de un lunes cualquiera.

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