4 ene 2011

Era tímido


Era tímido, tímido para salir de casa, para decir buenos días, para tomar el micro, para pedir al cobrador que se bajaba en tal esquina. Era tímido para bajar, para cruzar un semáforo, para recibir un volante, para entrar a la oficina de pago de electricidad y tímido para preguntar si esta era la cola, tímido para decirle a la señorita que venía a pagar la luz (“no lo entiendo señor”. Era tímido para repetir y pensar que tartamudeará otra vez. Tímido hasta para salir corriendo de aquella agencia telefónica. Lloraba por dentro, sudaba por fuera, tímido para responder y para decirle al que estaba tras de él, que no joda, que ¿acaso no veía que se estaba ahogando y muriendo mientras no sabía qué decir a una chica hermosa tras el mostrador y que pronto llamaría a la policía, porque este tipo anda que suda y lo mira muy raro? Tímido como para sacar de donde sea un arma para salir disparando tal vez, ayer, hoy, ya no quiero regresar a la calle. Ya no quiero salir, ya no quiero. Tímido para querer, o no saber si quererte.

No hay comentarios: