13 nov 2009

Después de la tormenta viene la calma


Después de la tormenta viene la calma. Pero todo queda mojado, el wáter atorado, los techos de calamina desclavados y el sol se cubre asustado con un par de nubes nimbas. Después de la tormenta queda Gene Kelly postrado de bruces sobre el pavimento, escupiendo agua estancada en sus pulmones. Después de la tormenta quedan los desagües atorados y el cocodrilo de las alcantarillas termina ahogado entre toda la inmundicia, queda además lavarse con agua poco clara y la señal de televisión es borrosa, inestable.

Después de la tormenta quedan las ratas escondidas bajo el refrigerador, la mesa, el sofá, las hormigas flotando, las moscas pegadas en el techo y los perros aúllan mirando la ventana. Después los aviones dejan caer aeromozas que huyeron para no limpiar tantos vómitos, y los que iban al cielo se ven rodeados de escombros porque cayeron en medio de la ciudad, que es lo mismo al infierno, pero con la diferencia de que hay que pagar para sufrir.

Después de la tormenta quedan las aves sin nido, las hojas sacudidas de rocíos y los ríos molestos. Ahí va uno, regresa a casa, se sacude el impermeable, la esposa le grita por manchar el piso, el perro deja de aullar y la televisión anuncia el inicio del viejo programa de espectáculos que agrupa a la familia para morir de muerte natural mientras comen algo que no recordarán en 5 minutos.

Después de la tormenta viene la calma, pero huye asustada.

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