8 nov 2009

Ulises y Penélope

Penélope despierta
se mira al espejo
se fríe unos huevos
y enciende el televisor.
Piensa en si Ulises tardará.

Ulises despierta en un hostal
se ducha, pretende robar la toalla, tal vez una sábana
abandona a Circe dormida y le deja 20 soles
en la mesa de noche y piensa en si Penélope espera.

Penélope maldice:
“Yo no sé tejer, ¡mierda!”
Coge el control remoto, mira la ventana
y cambia invierno por verano
mientras piensa en si coger el ovillo de hilo marrón
para tejerse una soga y colgarse de la higuera.

Ulises toma un bus, suben dos sirenas
éstas expelen un perfume
que le hacen pensar en huir por la estrecha ventana
pero mejor les cede el asiento, las observa desde lo alto
y concluye que Newton debió haberse equivocado en algo. No sé.

Penélope mira la hora.
Cambia al canal 52
entonces oye que Serrat le canta
y ella sonríe como a las verduleras en el mercado
recordando con sus ojos que alguna vez anduvo con su bolso de piel marrón.

Ulises recuerda que olvidó su reloj en la cama.
Baja del bus no sin antes aspirar
ese perfume responsable de la existencia de más humanidad.
Llega. Circe la lleva su isla y le invita a comer.
Ambos olvidan el reloj sobre la cama.

Penélope entonces envejece.
Ella tiene un cabello ensortijado y un perro se que muere de hambre en el patio.
Ya la higuera es endeble
es invierno y las ramas se dejan vencer por un viento frágil.

4 comentarios:

RATCHUS dijo...

uy, si la historia termina así, pues yo conozco un montón de penélopes que por esperar y esperar, el perro viejo y flaco termina siendo su último consuelo.

Gallinazo dijo...

Bueno, qué culpa tiene el perro? Si no viene Ulises, el perro siempre es una buena opción. Es más fiel y cariñoso. Solo tienes que darle unos huesitos y de vez en cuando un par de gatos.

Anónimo dijo...

Penélope necesita cambiar a Ulises por Jaime, Fernando, Pedrito, Francesco, o lo que sea pero no seguir esperando a ese vil....

Seba dijo...

Ésto está basado en la Leyenda de Troya, ¿cierto?
Muy lindo el escrito, y más linda aún la historia verdadera. Qué compañera más encantadoramente fiel, ojalá yo pudiese encontrar una como la del gran Ulises.
Saludos!