31 oct 2011

No eres la dueña de mi corazón...

No eres la dueña de mi corazón
-ese argumento no procede en la lógica-
si fueras la dueña yo no te amaría sino tú misma
y hay que darle la oportunidad a un corazón para estar en el pecho adecuado.

En el mío haría su verdadera labor
aunque luego tenga que reprimirlo por los trabajos forzados
debido a los reclamos internos por abuso de autoridad
que se reflejarían en mi garganta lastimada
de tanto negar la salida del aire en forma de tu nombre
junto a un verbo en infinitivo y un adverbio que signifique “para siempre”.

Tampoco es cierto eso de que te amo con toda el alma
nadie puede
es mentira
necesito el alma para que me cuide mientras te ame
y persiga tu nombre por todas las venidas congestionadas
y reconozca tu imagen en todos los caminos indirigibles
y todos los sabores irreconocibles.
en realidad mi alma no te ama tanto
sino que, al igual que el corazón,
solo cumple su función
de pesar y de ser en este instante.

Ambos igual acabarán iniciando una revolución en el pecho
erigirán tu nombre en mi diafragma
y contrayendo los órganos harán que mi necesidad de hablar para beber mencione tu nombre.

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